¿Te has preguntado cuánto tiempo pasas mirándote al espejo? Según la Encuesta sobre la Imagen del Cuerpo Ideal al Real realizada por TODAY/AOL (2014), los norteamericanos pasan alrededor de 55 minutos al día contemplando su reflejo, lo que da un aproximado de ¡2 semanas al año!

Esto podría sonar a mera vanidad, pero esconde una terrible verdad. Según este mismo estudio, el 60% de las mujeres jóvenes y el 36% de los hombres no están satisfechos con su imagen frente al espejo.

Las cifras resultan aún más alarmantes cuando muestran que el 78% de las adolescentes creen que deben cumplir con los estándares de belleza que nos venden las revistas y la televisión.

Por otro lado, un estudio del King’s College London (2011) revela que pasar 10 minutos seguidos frente al espejo nos genera angustia, lo que nos hace mirarnos negativamente y buscarnos “defectos”.

A esto se le conoce también como el “síndrome del espejo”, y puede llevarnos – en casos extremos – a padecer desórdenes alimenticios y desequilibrios emocionales como ansiedad y depresión.

Afortunadamente, mirarnos al espejo no sólo revela nuestro lado oscuro, también es síntoma de que nos queremos a nosotr@s mism@s y, por ello, cuidamos de nuestra apariencia. Lo verdaderamente importante es no obsesionarnos con nuestra imagen ni dañarnos, física o emocionalmente por alcanzar un estereotipo.

Por eso, y para que la próxima vez que te mires al espejo lo hagas con una actitud positiva, te dejamos aquí unos consejos.

Cómo enfrentarte al espejo

  • Primero que nada, no te compares con nadie. Los medios de comunicación masiva nos bombardean a diario con imágenes – en su mayoría pasadas por Photoshop – que representan estereotipos de belleza muy poco reales.
  • Haz una lista de las 10 cosas que más admires de ti. Pégala junto al espejo y actualízala al menos una vez al mes con cosas nuevas de las que te sientas orgullos@. De ese modo, cada que te mires recordarás que vales por muchas cosas más que por tu apariencia física.
  • Ya que estés más familiarizad@ con tus virtudes, es el momento de reconocer tus defectos. Recuerda que TODOS los tenemos y no nos hacen peores personas, pero sí nos dan la oportunidad de saber que podemos mejorarnos a nosotros mismos.
  • La mayoría de lo que llamamos “defectos”, bien pueden corregirse u obviarse más fácilmente de lo que crees. Por ejemplo, si tienes algunas libras de más, puedes buscar ayuda profesional para ayudarte a perder de peso sanamente.
  • Aunque no lo creas, dormir suficiente (entre 6 y 8 horas diarias) y a tus horas, así como llevar una dieta balanceada y hacer ejercicio o practicar alguna actividad que te haga feliz te ayudarán a sentirte mucho mejor física y emocionalmente. Esto se reflejará – literalmente – frente al espejo.

La próxima vez que te mires al espejo, recuerda que lo importante es que te devuelva la imagen de una persona sana y equilibrada. Todos quisiéramos cambiar una cosa o dos de nuestra apariencia, pero hay que hacerlo buscando estar más san@s, más activ@s y más felices.

Recuerda que los verdaderos cambios vienen de adentro, y empiezan con tu decisión. En otros blogs te mostraremos algunas formas en las que podrás hacer cambios de una manera positiva y saludable. Así que, ¿qué esperas? #YaDecídete.